Apóstol Rolando González

1938 - 2004

 

 Rolando González Washington nació el 12 de marzo de 1938. En 1956, contrajo matrimonio con la joven Margoth Cabrera; nacida el 9 de febrero de 1936, en La Habana, Cuba. Conocieron la iglesia en el año 1960, y fueron bautizados cinco años más tarde en 1956. Asimismo ambos dedicaron sus vidas al Señor en 1967 y tres años más tarde, Rolando González alcanzó el rango de Evangelista. En 1970, el entonces Evangelista Rolando, su esposa, e hijos, se dirigieron al estado de California con el ardiente deseo de iniciar y establecer la obra de Dios en ese lugar. Con sólo 75 dólares en el bolsillo, una camioneta Chevy del 68, un galón de leche, y algo de ropa, embarcaron en la árdua tarea de establecer el ministerio del Señor.

El Señor les fue ayudando de una manera gloriosa, hasta levantar una obra preciosa en California. En 1979, González fue nombrado a ser Obispo por su lealtad y fe en Dios. Tanto él como su esposa continuaron con el ministerio del Señor ganando cientos de misioneros. Difundieron y extendieron la obra en México, Centroamérica, Sudamérica, Europa, y el Caribe, cumpliendo así con el mandato de Jesús: "Por tanto id, y doctinad a todos los Gen- tiles, bautizándoles en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo...". Así también crearon varios centros de rehabilitación en distintas partes del mundo, además de Comedores cristianos para personas de bajos recursos, y una Escuela de Discípulos y orientación cristiana en general.

En 1991, hubo un importante punto de inflexión para la iglesia. La iglesia fue puesta a prueba en su posesión más valiosa: Su Doctrina. El Obispo al igual que Elías contra los 450 profetas en los tiempos bíblicos se mantuvo firme y defendió ésta doctina con la espada del Espíritu Santo. El Discípula- do enseñado por nuestros fundadores a la manera de Ernest Williams Sellers (conocido como Daddy John), el Segundo Mandamiento dado por Dios en el Monte Sinaí, y el Día Santo de Dios, el Sábado, fueron los puntos causales para no someterse a los dictados de los hombres. Aún con éste difícil proceso que atravesaba la iglesia, la obra del Señor continuó en contra de todas las verosimilitudes y oposiciones.

En unas gloriosas Reuniones de Ungidos celebradas el 26 de agosto de 1993 en la ciudad de Bell Gardens, California, por testimonio y gracia de Dios, el Obispo Rolando González fue nombrado para ostentar el máximo rango de Apóstol. El año 1996 puso de relive una de las muchas bendiciones en el ministerio del Apóstol González. En mayo de ese año, la hermosa ciudad de Covina se vistió de gala cuando se inauguró oficialmente la que sería la nueva sede de la Iglesia Central. El nuevo templo fue rodeado por el Pueblo de Dios siete veces, con nuestro Apóstol, oficialidad de la iglesia y el Arca del Testimonio al frente. Concluyó esta gran inauguración con acción de gracias y plegarias a Dios por esta gran bendición.

Por otra parte, el Apóstol continuó dando el testimonio del poder de Dios y de su palabra hasta el final. La creación de los muchos programas que fueron resultado directo de la colección de donaciones, fueron establecidos. Todo se hizo con el fin de enseñar el amor de Dios, viviendo una vida más cristiana, y convertirse en mejores ciudadanos. Con esto y muchas cosas más consideramos que el Apóstol Rolando González es contado entre los grandes en el cielo y aquí la tierra, vistos en nuestros tiempos.

Despedida a un Gran Hombre de Dios

"Con el testimonio de Dios en medio de su pueblo. Por el apoyo Divino, por el respaldo del Espíritu Santo. Por el amor de Jesucristo y el amor de nuestro amado Director, con la ayuda de Dios éste año seremos más fieles a la Dirección de la Iglesia".

-Superintendente Mayor Miguel Sandoval

El día 10 de diciembre del 2004, el Apóstol Rolando G. Washington siervo de Jehovah, durmió en el Señor. Fue un hombre con muchas virtudes y cualidades de un verdadero guerrero y defensor de la doctrina. Un Moisés en nuestra era moderna y un Pablo en la doctrina. Fue sepultado como un guerrero en la fe. Era de edad de 66 años cuando murió: nunca perdió su vigor en todas las señales y prodigios que le envió Jehovah a hacer en medio de sus siervos en toda la tierra y en toda aquella mano esforzada.

Y todos los demás hechos ¿no están escritos en el Libro de la Vida?